"Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho"

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Intereses de Riesgo Alto

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(*) CPC. Robert Hidalgo Espinoza

Ciertamente que el riesgo de fluctuación de las tasas de interés en el mercado de capitales afecta a los intermediarios financieros. Es necesario medirlo, informarlo y coberturarlo. Pero como ya lo señala el Statement of Financial Accounting Standards N° 138 de Estados Unidos de Norteamérica, con mucha razón, el riesgo de tasas de interés está directamente atado al riesgo crediticio que modifica las tasas de interés ante la calidad de los deudores. A mayor riesgo crediticio, mayor tasa de interés a menor riesgo crediticio, menor tasa de interés. Pero la realidad compleja no queda allí, va más allá de los mecanismos financieros y, finalmente, anida en la economía: en la apuesta de que las empresas pudieran generar excedentes para pagar los intereses y deudas, es decir, en el crecimiento real de la economía.

Es claro que un negocio de baja productividad sin generar excedentes no puede pagar intereses, pero también es real que ningún negocio o país del mundo, en el mediano y largo plazo, puede pagar intereses superiores a sus tasas de crecimiento. ¿Es cierto que todos los negocios son tan "malos" en el Perú que ya son poseídos, prácticamente, por los bancos? ¿O son tan altas las tasas de interés que ponen en riesgo su existencia? Analicemos brevemente qué pasa y por qué las empresas no pueden devolver los ahorros de las familias.

Es obvio que han habido negocios con márgenes de rendimiento negativo, los menos, y otros que han sucumbido por el dumping, el contrabando y la informalidad. Pero en su mayoría, todos los negocios han tenido márgenes de utilidades razonables; sin embargo, no han podido pagar los intereses; pues han tenido que pagar, antes que nada, los sobrecostos y los desmesurados impuestos. Si a ello le agregamos tasas altas de intereses, como hasta ahora, tenemos que concluir que actualmente el riesgo más alto, de tasas de interés para los intermediarios financieros, es el riesgo de que los intereses deterioren operaciones sanas a punto de comprometer la recuperación de los créditos.

El crecimiento es el único que puede pagar los intereses, y si no hay crecimiento hay que bajar las tasas de interés, tal como lo hace cualquier país del globo que se ve amenazado por la recesión. Esta es la mejor señal de confianza. Pues, es muy difícil encontrar economía en el mundo que, en el mediano y largo plazo, las tasas de interés más que dupliquen las tasas de crecimiento económico. Si lo hay, sus economías están involucionando y preparando el terreno a la violencia política y las deudas externas impagables. Alguien o pocos concentran todas las utilidades que al final serán sólo de papel, y no las podrán remitir al exterior. Sus intereses patrimoniales se tornan en "intereses de riesgo alto". Este es el drama de las deudas impagables de las empresas y los países pobres sin crecimiento.

En nuestro país, por lo que se comprueba, seguimos esperando a que venga la "inversión extranjera" a "inundar" al Perú, cuando ésta es ya escasa. Se piensa que la llegada de capitales bajará el costo del dinero. Sin embargo, en mejor época, hemos comprobado que eran "capitales golondrinos" manejados por expertos en evaluar riesgos y tomar utilidades; los que ante cualquier crisis financiera, hacen pagar las consecuencias al país receptor. Nuestras tasas de interés siguen siendo altas. Son de tres a siete veces la inflación y la diferencia promedio entre la tasa activa y pasiva es más de dos a uno.

Mantenida a un nivel bajo la tasa de inflación, es el spread (diferencia entre la tasa de interés activa y pasiva) el que está escondiendo el riesgo de intereses altos a resolver. Los escollos son la baja productividad de los intermediarios financieros que al final los condena a lamentables pérdidas patrimoniales, por más que difieran los problemas para mañana. Y una política monetaria del Banco Central que restringe innecesariamente los medios de pago forzando a los negocios a reducir el volumen de sus operaciones y, en consecuencia, frenando el crecimiento económico. ¿Puede así reactivarse la economía? La experiencia enseña que a mayores intereses mayor recesión.

El problema no es qué hacemos para salvar a los bancos y luego la economía, sino cómo salvar la economía con un razonable uso del crédito e instrumentos financieros de acumulación de fondos para contingencias. Es necesario reducir los impuestos y los intereses para las empresas. Estos últimos a un nivel cercano al doble de la tasa de crecimiento económico real. Es contrario a toda razón crecer 3 por ciento y reconocer (porque pagar no se puede) intereses del 15 por ciento (5 veces). El crecimiento no puede pagarlos. Y sólo, excepcionalmente, algunos negocios con grandes márgenes podrían hacerlo. Pero, como ya sabemos, con la globalización económica, ni las compañías tecnológicas pueden tener por mucho tiempo resultados espectaculares, excepto por el ánimo especulativo de los inversionistas de bolsa (capitalización bursátil), cuyas cotizaciones altas ya se volatilizan.

¿Qué se requiere para lograr eliminar este riesgo? Obviamente, decisión política y un management que demanda nuevos gerentes y cuentas claras. Contabilidades de utilidades comprensivas (cercanas a la realidad económica) e intermediarios financieros que ofrezcan los instrumentos y la asesoría financiera de contribución directa a la creación y distribución de la riqueza. Los contadores financieros tienen la palabra, les toca medir verdaderas utilidades; como la atribución y distribución de esas utilidades (crecimiento).

(*) Miembro del Comité de Asesoramiento del Consejo Normativo de Contabilidad