"Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho"
La agencia internacional de calificación crediticia, Standard & Poor's, mantuvo la calificación crediticia de Perú en BBB+ con perspectiva estable, debido a una continuidad en las políticas macroeconómicas, a mejores perspectivas de crecimiento vinculadas al dinamismo de la inversión pública y privada, y a la credibilidad en la consolidación gradual del déficit fiscal.
Con esta ratificación, el Perú es el único país de la región que ha podido mantener su calificación crediticia con perspectiva estable en las tres principales calificadoras de riesgo, ya que Moody’s y Fitch Ratings ratificaron la calificación de Perú en A3 y BBB+ con perspectiva estable en agosto del 2017 y marzo del 2018, respectivamente.
Para Standard & Poor's, la decisión de ratificar la calificación y perspectiva se fundamentó en:
De hecho, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el PBI creció 7,8% en abril, la mayor tasa de crecimiento en los últimos cinco años, debido a una aceleración sincronizada de los sectores primarios (11,2% real) y no primarios (6,6% real), principalmente, por un mayor impulso de la demanda interna.
Así también, para los próximos meses los indicadores adelantados son favorables: inversión pública (mayo: 36,3% real), las importaciones de bienes de capital (mayo: 7,3% real), las importaciones de bienes de consumo duradero (mayo: 11,7% real); y la producción de electricidad que creció 4,5% entre abril y mayo, la tasa más alta desde enero de 2017.
Standard & Poor's sostiene que la calificación de Perú podría mejorar como resultado de la implementación de reformas estructurales que apuntalen el crecimiento de mediano plazo, y de los esfuerzos del gobierno para mantener un manejo ordenado y sostenible de las finanzas públicas.
Por otro lado, el panorama crediticio podría deteriorarse en el futuro de observarse dificultades para aprobar leyes en el Congreso, ya que esto afectaría el entorno de la inversión pública. Asimismo, un debilitamiento de las instituciones conllevaría a una rebaja en la calificación crediticia, debido a que se tendría un efecto contrario sobre las perspectivas de la actividad económica.
Lima, 15 de junio de 2018
OFICINA DE COMUNICACIONES