"Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho"
Lima, 31 de enero de 2023.- La agencia internacional Moody’s Investor Services (Moody’s) revisó la perspectiva crediticia de estable a negativa, manteniendo la calificación crediticia del país en “Baa1”, que corresponde a grado de inversión. Con ello, Perú continúa siendo el país con la segunda mejor calificación crediticia de la región, lo que está respaldado por sus bajos niveles de deuda pública y la expectativa de Moody's de que las instituciones y políticas generales del Perú sean efectivas para contener las presiones al gasto fiscal provenientes del entorno sociopolítico.
Esta situación reafirma la solidez de la economía peruana a pesar de la incertidumbre a nivel local y un contexto macroeconómico desafiante. “El país mantiene sus fortalezas económicas y se mantiene resiliente, con una deuda pública moderada, y con una sólida posición fiscal, sin embargo, la perspectiva negativa de Moody’s exige que continuemos trabajando para generar un entorno de paz social y estabilidad política”.
“Reunimos todas las condiciones para avanzar en este proceso de recuperación de nuestra economía, pero para ello se requiere dialogar y trabajar en objetivos comunes en pro de generar mayor bienestar para todos los peruanos. Queremos reactivar en el corto plazo sin descuidar lo que va pasar en el mediano y largo plazo”, remarcó.
Perspectivas crediticias
Durante el 2022, en un contexto de alta incertidumbre y múltiples riesgos para la economía global, las tres principales calificadoras de riesgo han realizado diversas rebajas de calificación y cambios de perspectiva crediticia a países emergentes. En conjunto, S&P, Fitch y Moody’s han realizado 37 rebajas de calificación crediticia entre enero y diciembre de 2022.
En particular, Moody’s modificó la perspectiva crediticia del Perú debido a que, en su opinión, los riesgos sociales y políticos se han intensificado, amenazando en los próximos años, la cohesión institucional, la gobernabilidad, la eficacia de las políticas y la fortaleza económica de los próximos gobiernos. De otro lado, Moody’s considera que el balance del Perú se mantiene entre los más sólidos de los países que cuentan con una calificación “Baa” debido a que mantiene un reducido nivel de endeudamiento, una favorable estructura de deuda, así como ahorros fiscales sustanciales; lo cual refleja un marco de política fiscal prudente.
Las sólidas cuentas fiscales brindan resiliencia macroeconómica al país frente a futuros escenarios adversos y constituyen una de las principales fortalezas del país. Asimismo, Perú es uno de los primeros países emergentes en determinar reglas fiscales para los siguientes años luego del impacto de la COVID-19, la adopción de dicha senda de consolidación fiscal permitirá a Perú fortalecer la estabilidad macroeconómica del país. Todo ello brinda soporte para emprender las reformas y la ambiciosa agenda del gobierno de cierre de brechas sociales que incrementen la productividad, el crecimiento potencial de la economía y mejora en el bienestar de los ciudadanos.
Moody’s señala que la perspectiva negativa podría cambiarse a estable si el descontento social se alivia con una solución política y social aparentemente duradera, y no hay indicios de deterioro material en el marco institucional de Perú, en particular en elementos asociados con la macroeconomía y eficiencia de gobierno. Asimismo, comenta que Perú podría mejorar su calificación crediticia si existiera un entorno político más armonioso que fortalezca la cohesión institucional y resulte en la adopción de reformas que impulsen el crecimiento sostenible. El fortalecimiento de los indicadores de gobernabilidad, en particular los relacionados con las instituciones políticas, la corrupción y la economía informal, mejorarían la solvencia de la República.
De otro lado, la calificación crediticia podría ajustarse a la baja, de continuar la inestabilidad social, la polarización política, la reducción de la efectividad de las políticas que conlleve a cambios abruptos en las mismas, aspectos que reducirían la confianza de los inversionistas, afectando el crecimiento a mediano plazo y complicando la gestión fiscal. Del mismo modo, el inicio de un proceso constituyente que tenga la intención de promover una revisión y modificación amplia del marco de la política y del modelo económico, debilitaría los pilares estructurales del perfil crediticio de Perú y también podría conducir a una rebaja de la calificación que hoy cuenta.
Finalmente, el Gobierno del Perú mantiene su compromiso de priorizar la estabilidad macroeconómica y financiera, la disciplina fiscal, así como el fortalecimiento institucional, para promover el crecimiento económico sostenido, cerrar las brechas estructurales del país, impulsar la competitividad y productividad, y mejorar el bienestar de la población.
OFICINA DE COMUNICACIONES